En su primera elección sin Andrés Manuel López Obrador, el PRD perdió posiciones importantes y lo poco que ganó fue con aspirantes del PAN, aliado que le sirvió de refugio para disimular sus malos números.
Los operadores perredistas señalan que el análisis de estos comicios debe comprender que su partido no se jugaba ninguno de sus bastiones, por lo que no se puede hablar de pérdidas desastrosas, pero conceden que tampoco tuvo avances en ninguno de los estados en disputa.
Los números son duros. En Quintana Roo, el PRD había convertido Cancún en su territorio, de la mano del polémico Greg Sánchez, quien renunció al partido poco antes de los comicios. No solo perdieron el domingo esa alcaldía (Benito Juárez) ante el PRI sino que cayeron hasta el tercer lugar, por debajo del PAN. Además, perdieron los cuatro distritos que tenían en alianza con el PAN y les arrebató el PRI los cinco municipios que gobernaban aliados con el blanquiazul.
En Puebla, el año pasado ganó López Obrador la elección presidencial. Esos votos se han esfumado. El PRD logró aumentar su presencia en Puebla pero las victorias importantes, como el gobierno de la capital estatal, fueron con candidatos panistas, en coalición. De los 7 distritos locales que tiene Puebla capital, 6 ganó la coalición PAN-PRD con candidatos panistas. El séptimo era perredista. Fue el único que perdió.
Gracias al lopezobradorista Ricardo Monreal, el PRD presumía que Zacatecas era territorio amarillo desde que conquistó la gubernatura en 1997. Sin embargo, desde la elección anterior, el PRI volvió a ser primera fuerza, quitó el gobierno al PRD y el domingo lo dejó en tercer lugar (¡abajo del PT!), apenas arribita del PAN que ocupa el cuarto sitio.
Otro ex priista que llevó al PRD a gobernar un estado fue Alfonso Sánchez Anaya en Tlaxcala, en 1999. De esa gloria nada queda. Ya ni es perredista Sánchez Anaya. Tenían un distrito y subieron a 3, gobernaban 11 ayuntamientos (2 en alianza con el PT) y bajaron a 8.
En Veracruz se mantienen como tercera fuerza electoral con 39 ayuntamientos y 3 distritos, prácticamente lo mismo que tenían antes del domingo y sin poder cantar la conquista de alguna alcaldía importante.
En Aguascalientes pasaron de nada a algo, pero montados en la estructura local del PAN.
En Sinaloa tenían presencia mínima y se quedaron igual.
En Coahuila bajaron de 3 a 1 municipio.
En Durango se quedaron con cero distritos y cero ayuntamientos (tenían 18 en coalición con el PAN).
En Hidalgo, cero distritos.
En Tamaulipas perdieron su única alcaldía.
Así, la victoria importante que pueden festejar es… de Acción Nacional, en Baja California.
Es verdad que no estaban en juego estados en los que son fuertes como Tabasco, Morelos, Guerrero, Michoacán. Ni su bastión de bastiones, el Distrito Federal.
Pero poco tienen que celebrar en el PRD. Y mucho que pensar para adelante… sin Andrés Manuel López Obrador.